Jugar con bolas de colores siempre resulta divertido para los peques. Si aprovechamos el hecho de que les encanta y las utilizamos para realizar una actividad para trabajar la motricidad fina el resultado puede ser excelente. Ya que se lo pasarán genial y estarán desarrollando muchas de sus destrezas y capacidades.
En esta ocasión os presentamos esta estupenda y sencilla actividad con las que los niños y niñas realizarán un trabajo motriz general, ya que es una actividad de grandes dimensiones.
Además de fomentar el desarrollo general, potenciará un trabajo de coordinación óculo-manual y de precisión. Esto es así por que los movimientos de sus manos y brazos serán decisivos para el resultado satisfactorio de la misma, que no será otro que introducir las bolas de colores en los botes preparados para ello con ayuda de un cucharón.
Qué necesitamos
- Un recipiente grande rectangular
- Dos o más garrafas transparentes y vacías con la boca ancha
- Un cucharón
- Bolas de colores de tamaño adecuado
- Agua
Cómo prepararla
Introduciremos las dos o más garrafas de agua en el recipiente rectangular y, a continuación, lo llenaremos de agua. Una vez esté lleno de agua, verteremos las bolas de colores y estará listo para jugar.
Cómo jugar
Pediremos a los niños que cogiendo las bolas con el cucharón, las introduzcan en las garrafas vacías. Podemos utilizar criterios o no. Es decir, podemos pedir que sólo introduzcan las de un color, con lo que estaremos repasando los colores. Podemos pedirles que vayan contando las que introduzcan, para trabajar el conteo. Podemos escribir una letra en cada bola y pedirles que pesquen la de su inicial, con lo que estaremos trabajando el aprendizaje de las letras, etc.
En resumen, la actividad principal es el trabajo motriz que los peques realizan, pero siempre podemos añadirle algún otro “toque de aprendizaje” y aprovechar para aprender doblemente mientras juegan.
Muy bien toda esta información para algún día ponerla en práctica.
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